De Pierre Deffontaines (Llemotges, 1894 - París, 1978) a Destino (I-1953). Una descoberta del geògraf catalanòfil que va dirigir l’Institut Francès de Barcelona del 1939 al 1954.
PIERRE DEFFONTAINES 1953 Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús |
¿Será posible que quepa enseñar a los catalanes el
sentido de la palabra “cataluñas”? Hace tres años, durante un viaje por
el Canadá francés, llegué hasta las lejanas regiones cubiertas de
bosques y de nieve, en que transcurre la bella historia de Marie
Chapdelaine y tuve que permanecer unos días en Chicoutumi, una pequeña
localidad cercana al lago Saint-Jean. A la primera noche, el rigor del
frío imperante (30º grados bajo cero), me inquietó algo y pedí un
suplemento de cobertores para mi cama. Quedé muy sorprendido cuando el
hostelero me contestó: “Le subiré un par de cataluñas”. Las tales cataluñas
resultaron ser mantas muy pesadas y calientes. Después de pasar la
noche admirablemente abrigado por mi par de cataluñas, sentí que,
residente en Barcelona desde largos años, necesitaba una explicación
para nombre tan peregrino. Para empezar, pude darme cuenta de que se
trata de una denominación y de un artículo muy extendido en el Canadá
francés. Son muchas las casas campesinas en las que las mujeres y las
mozas pasan las largas veladas de invierno ante un telar de cataluñas
tejiendo las mantas que protegerán a los suyos del frío. […] Luego dí
con la explicación que andaba buscando. Como se sabe, el Canadá francés
fue poblado por familias oriundas de la Francia occidental, en los
siglos XVII y XVIII. Sus descendientes constituyen hoy una población muy
prolífica, de más de cinco millones, que ha conservado su lengua,
directamente derivada de la de los emigrantes. No es de extrañar, pues,
que dicha lengua conserve palabras que han desaparecido en Europa con
posterioridad al siglo XVIII. Entre ellas se halla la palabra cataluña
en tanto que nombre común. Efectivamente, tanto el diccionario de
Bescherel como el de Littré atestiguan su existencia, aplicada a mantas
de mucho abrigo. […] Es probable que, en dicha época, los buenos tejidos
de lana para mantas llegaran de Cataluña y se vendieran bajo este
nombre en distintas provincias francesas. […] Así, pues, pocos países
habrá en los que el nombre de Cataluña se pronuncie con tanta frecuencia
como en el lejano Canadá.
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