Entre el abundante léxico que el inglés y las lenguas románicas compartimos, tenemos el verbo considerar / consider.
Observamos con facilidad que lleva la partícula con delante, de manera que nos queda una palabra original basada en sider, que podemos relacionar con sideral, siderúrgico y otros cultismos como siderotecnia, siderolito, siderita y el término médico sideremia, 'presencia de hierro en la sangre', que si es en exceso se llama siderosis.
Observamos con facilidad que lleva la partícula con delante, de manera que nos queda una palabra original basada en sider, que podemos relacionar con sideral, siderúrgico y otros cultismos como siderotecnia, siderolito, siderita y el término médico sideremia, 'presencia de hierro en la sangre', que si es en exceso se llama siderosis.
Nos preguntamos si existe una relación real o se trata de una casualidad, ya que de entrada no parece que los significados de considerar y de siderúrgico tengan mucho en común.
Y en inglés también existe la palabra sider- como prefijo, con el mismo significado que entre nosotros: hierro (procedente del prefijo griego sidero-, de la palabra sidēros , hierro). Entonces, si la palabra base significa hierro, ¿qué extrañas evoluciones semánticas ha experimentado el verbo considerar?
Volvamos al griego. De la misma raíz que sideros, en griego tenían la palabra sidus, que quería decir estrella o constelación. De hecho, sideral es un cultismo creado a mediados del siglo XIX haciéndolo derivar de sidus.
De este sentido férrico, proviene la palabra considerar, pasando por el latín. Y a diferencia de sideral, el considerar la hemos usado siempre (por ejemplo, lo usaba Ramon Llull en el siglo XIII). Expliquemos cómo fue el cambio:
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